miércoles, 18 de febrero de 2015

ARTE Y CIENCIA


1. ARTE Y CIENCIA
El valor de la colaboración. I

Arte y Ciencia han estado vinculados, con diferente grado de compromiso, a lo largo de la historia de Occidente. Quiero proponer una distinción para ese compromiso según el tipo de vínculo generado entre ambos mundos, el del arte y el de la ciencia. Me refiero a que, en principio, se puede mencionar tres tipos de colaboración. Los he denominado: exógena, endógena y mimética. Trataré de describirlas brevemente. Entiendo por colaboración exógena aquella según la cual el arte pone de manifiesto a través de imágenes visuales (también en lenguaje literario) aspectos de la naturaleza estudiados por las ciencias. De hecho, una buena parte de la poesía contiene dedicaciones a la ciencia, y tratados científicos se componían en verso-en el pasado- , según el hábito.

El arte cumple aquí una función comunicacional, pero también de encantamiento para los receptores, y aporta a los cientistas una mirada distinta respecto de los fenómenos con los cuales trabajan cotidianamente. Esa colaboración, ¿podría tener influencias concretas en la ciencia, en el arte, en la sociedad? Podemos afirmar siguiendo una lógica interna, que la colaboración entre ciencia y arte influye recíprocamente en ambos campos de actividad, a los que se suma el contexto de la sociedad como un todo.

Porque: a) el compromiso afectivo de un cientista con su objeto de estudio redunda en un compromiso con los procesos investigativos, en la medida en que trae el objeto de estudio al terreno de una fecunda pasión; b) para los artistas, el compromiso con los fenómenos de la ciencia ha formado parte de una suerte de enlace cósmico con la realidad. Este asunto  se ha hecho decisivo a partir del Renacimiento en Occidente, y continúa hasta hoy pese a algunas etapas de latencia; c) en el ámbito de la sociedad, el encantamiento con los procesos científicos debería redundar en una convicción, por parte de las fuerzas activas, en cuanto a la disponibilidad de fondos destinados a la investigación, más allá de aquellos fondos  para proyectos estratégicos, o de interés empresarial.

Por eso el segundo tipo de colaboración es la que he llamado: colaboración endógena. La encontramos cuando artistas y cientistas trabajan en conjunto en grupos específicamente inter-activos. Es un fenómeno que se desarrolla (no exclusivamente aun cuando de manera especial) a raíz del advenimiento de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, TIC’s. Pero la historia pasada registra diversos ejemplos de inicios de la fotografía de registro, por ejemplo, el de la fotografía y sus relaciones con la ciencia, desde 1839, en tareas de documentación.



La primera recopilación sistemática, con una intención de clasificación científica, fue lrealizada por la botánica Anna Atkins (2), entre 1843 y 1853, para su catálogo de "Algas Británicas: Cianotipias". Utilizó el mismo método de dibujos fotogénicos, pero en este caso sobre papel sensibilizado con sales de hierro, según el proceso llamado Cianotipia (Herschel 1840 (circa)).



La simbiosis entre Ciencia y Fotografía fue especialmente fructífera hacia finales del XIX. En ese momento, uno de los campos de investigación más importantes de la física era la determinación de la estructura atómica, y se encontró que tanto los rayos catódicos (electrones) como los rayos "positivos" (iones con carga) podían impresionar una placa fotográfica, lo que permitía su estudio. Uno de los aportes fructíferos de la fotografía a la ciencia es que permite superar el tiempo de percepción humana: tanto en las velocidades más rápidas, como en las más lentas. Amplía entonces el horizonte de nuestra percepción de la realidad, permitiendo acercarse a dimensiones reales, empíricas, aun cuando no perceptibles, para la capacidad humana de recepción. 
Para el caso de las TIC’s (Tecnologías de la Información y la Comunicación) se habla de una creación conjunta. Fue también, fenómeno anterior, decisiva la presencia de la ciencia para el desarrollo del arte cinematográfico (desde 1890), con los aportes de un inventor científico: Thomas Alva Edison, a quien han llamado ‘padre de la electrónica’. Esta co-relación entre ciencia y arte, muy especialmente en el caso de las producciones digitales, se basa en el principio de la ‘constructividad’ del mundo, antes que en el de la reproducción, aun interpretativa, de la realidad.


Un tercer tipo de colaboración podría denominarse mimética. Se da cuando los artistas, en sus procesos creativos, adoptan criterios metodológicos que son característicos de los cientistas, como a) la experimentación, b) los procedimientos de ensayo y eliminación de error, c) la prueba en diferentes soportes como una analogía de la búsqueda de variables. Por su parte, los cientistas de vanguardia han puesto siempre en funcionamiento, entre otras, una de las cualidades que parece ser la más representativa de los artistas: la imaginación. Por cuanto la investigación científica de frontera es realmente creación de conocimiento respecto de la realidad. Imaginación y creación son anverso y reverso de la moneda, puede decirse.

Este tema se continúa en otra entrada aquí mismo...


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