1. ARTE Y CIENCIA
El
valor de la colaboración. I
Arte
y Ciencia han estado vinculados, con diferente grado de compromiso, a lo largo
de la historia de Occidente. Quiero proponer una distinción para ese compromiso
según el tipo de vínculo generado entre ambos mundos, el del arte y el de la
ciencia. Me refiero a que, en principio, se puede mencionar tres tipos de
colaboración. Los he denominado: exógena, endógena y mimética. Trataré de
describirlas brevemente. Entiendo por colaboración exógena aquella según la
cual el arte pone de manifiesto a través de imágenes visuales (también en
lenguaje literario) aspectos de la naturaleza estudiados por las ciencias. De
hecho, una buena parte de la poesía contiene dedicaciones a la ciencia, y
tratados científicos se componían en verso-en el pasado- , según el hábito.
El
arte cumple aquí una función comunicacional, pero también de encantamiento para
los receptores, y aporta a los cientistas una mirada distinta respecto de los
fenómenos con los cuales trabajan cotidianamente. Esa colaboración, ¿podría
tener influencias concretas en la ciencia, en el arte, en la sociedad? Podemos
afirmar siguiendo una lógica interna, que la colaboración entre ciencia y arte
influye recíprocamente en ambos campos de actividad, a los que se suma el
contexto de la sociedad como un todo.
Porque:
a) el compromiso afectivo de un cientista con su objeto de estudio redunda en
un compromiso con los procesos investigativos, en la medida en que trae el
objeto de estudio al terreno de una fecunda pasión; b) para los artistas, el
compromiso con los fenómenos de la ciencia ha formado parte de una suerte de enlace
cósmico con la realidad. Este asunto se ha hecho decisivo a partir del
Renacimiento en Occidente, y continúa hasta hoy pese a algunas etapas de
latencia; c) en el ámbito de la sociedad, el encantamiento con los procesos
científicos debería redundar en una convicción, por parte de las fuerzas
activas, en cuanto a la disponibilidad de fondos destinados a la investigación, más allá
de aquellos fondos para proyectos estratégicos, o de interés
empresarial.
Por
eso el segundo tipo de colaboración es la que he llamado: colaboración endógena. La encontramos cuando artistas y cientistas trabajan en conjunto en
grupos específicamente inter-activos. Es un fenómeno que se desarrolla (no
exclusivamente aun cuando de manera especial) a raíz del advenimiento de las
Tecnologías de la Información y la Comunicación, TIC’s. Pero la historia pasada
registra diversos ejemplos de inicios de la fotografía de registro, por ejemplo, el
de la fotografía y sus relaciones con la ciencia, desde 1839, en tareas de
documentación.
La primera recopilación sistemática, con una intención de clasificación
científica, fue lrealizada por la botánica Anna Atkins (2), entre 1843 y
1853, para su catálogo de "Algas Británicas: Cianotipias". Utilizó
el mismo método de dibujos fotogénicos, pero en este caso sobre papel
sensibilizado con sales de hierro, según el proceso llamado Cianotipia
(Herschel 1840 (circa)).
La
simbiosis entre Ciencia y Fotografía fue especialmente fructífera hacia finales
del XIX. En ese momento, uno de los campos de investigación más importantes de
la física era la determinación de la estructura atómica, y se encontró que
tanto los rayos catódicos (electrones) como los rayos "positivos" (iones
con carga) podían impresionar una placa fotográfica, lo que permitía su
estudio. Uno de los aportes fructíferos de la fotografía a la ciencia es que
permite superar el tiempo de percepción humana: tanto en las velocidades más
rápidas, como en las más lentas. Amplía entonces el horizonte de nuestra
percepción de la realidad, permitiendo acercarse a dimensiones reales,
empíricas, aun cuando no perceptibles, para la capacidad humana de recepción.
Para el caso de las TIC’s (Tecnologías de la Información y la
Comunicación) se habla de una creación conjunta. Fue también, fenómeno
anterior, decisiva la presencia de la ciencia para el desarrollo del arte
cinematográfico (desde 1890), con los aportes de un inventor científico: Thomas
Alva Edison, a quien han llamado ‘padre de la electrónica’. Esta co-relación
entre ciencia y arte, muy especialmente en el caso de las producciones
digitales, se basa en el principio de la ‘constructividad’ del mundo, antes que
en el de la reproducción, aun interpretativa, de la realidad.
Un
tercer tipo de colaboración podría denominarse mimética. Se da cuando los
artistas, en sus procesos creativos, adoptan criterios metodológicos que son
característicos de los cientistas, como a) la experimentación, b) los
procedimientos de ensayo y eliminación de error, c) la prueba en diferentes
soportes como una analogía de la búsqueda de variables. Por su parte, los
cientistas de vanguardia han puesto siempre en funcionamiento, entre otras, una
de las cualidades que parece ser la más representativa de los artistas: la
imaginación. Por cuanto la investigación científica de frontera es realmente
creación de conocimiento respecto de la realidad. Imaginación y creación son
anverso y reverso de la moneda, puede decirse.
Este tema se continúa en otra entrada aquí mismo...
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