martes, 29 de marzo de 2022

Unas ideas sobre el valor de la ‘presencia’

 


¡Presente, señorita!

Unas ideas sobre el valor de la ‘presencia’


 

 

De niñas/os reaccionábamos con energía al escuchar nuestro nombre. Esa ceremonia de comparecencia, que también era visibilidad, participación, se llamaba “Pasar lista”. La mención de nuestro nombre era respondida con un muy audible: ‘¡presente señorita!’…

 

Cuando adultos, nos encontramos con otros modos de la presencia, por ejemplo, en el Teatro. Es la hora de inicio de la ‘función’, los asistentes nos vamos acomodando en nuestros lugares… El espacio de la escena, todavía sin los actores, anticipa su presencia. Pero no se tratará de un simple ‘aparecer’. La presencia, cuando nos es dada en un teatro, suele ser percibida como una fuerza emergente desde lo íntimo de la persona de la actriz, o el actor. Ellos, comparten las emociones y conductas de sus personajes a un par de metros de distancia, ante nosotros. Lo que sentimos como espectadores proviene del encuentro. Por eso existe una diferencia no solo estética, sino anímica, entre teatro y cine…

El ejemplo del teatro, confirma la importancia de la reunión presencial entre los seres humanos. Podemos advertir, asimismo, en películas, series, y en la vida misma, que después de situaciones dramáticas, tristes, o en momentos de alegría superlativa, lo culminante es un abrazo estrecho entre dos personas.

A raíz de la pandemia venimos siendo despojados de la presencia en muchos sentidos. Hemos tenido que reemplazar la presencia de familiares, amigos, y colegas, con fotos, videos, chats.  ¿Reemplazar? ¡No!... porque, en verdad, la presencia de nuestros prójimos es irreemplazable. El abrazo apretado, la sonrisa, el brillo de la mirada, no aparecen o están desvaídos en los sistemas on line. Son, más bien, testimonios de ausencia. Por el momento lo entendemos, aunque estamos con la esperanza de que se restituya lo genuino de aquellos gestos presenciales.

¿Por qué considerar tan importante ese fenómeno, la presencia?

Es notorio: la idea de presencia está relacionada con la valoración del tiempo presente. Y lo sabemos: lo intenso del vivir coincide con el ahora y el aquí. Porque cuando nuestros afectos están presentes se incrementa la alegría de estar juntos en un mismo momento y en un mismo sitio. Es un ‘convivio’ (convivium), un ‘vivir-con’, en que se percibe esa fuerza íntima que emana del otro. Convivio, es palabra vinculada a ‘banquete’, ‘fiesta’... De allí el regocijo que representa la presencia: ese mutuo reconocimiento de unos con otros forma parte de la plenitud de la vida.

 

 

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  • Psicología-Online
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