Sobre relaciones entre arte y ciencia III
En el parágrafo II traté de destacar los parentescos entre arte
y ciencia en lo relativo al uso de la imaginación creadora. Ambas
‘imaginaciones’ se encaminan a sus objetivos, sobre la base de actitudes
similares. En los dos casos, como decía, la imaginación se nutre de la libertad
para decir no, a lo que precede, y de la libertad para aventurarse en el ¿por
qué no? de lo que puede estar por delante. Sin embargo hay un punto importante
que marca fronteras entre esos comportamientos, vale decir, los procesos
científicos y los procesos artísticos. ¿Acaso deben confundirse, aun mostrando
analogías?
Es notorio que apenas pueden tratarse algunos rasgos del
problema en la dimensión de estos escritos. Con todo, parece interesante
asomarse a la comparación entre arte y ciencia, en cuanto al modo como se
validan sus resultados. Con esa expresión, validar los resultados, me refiero a
esto: ¿de dónde provienen las medidas que dan la pauta respectiva de lo
correcto o incorrecto de una teoría, una hipótesis, una conjetura, un filme,
una novela, una escultura?
Las hipótesis y las teorías científicas deben coincidir, al
menos, con dos factores. Uno de ellos es la coherencia teórica que deben
presentar las hipótesis respecto de las teorías científicas contemporáneas
aceptadas. Pero, si se las discute, deben tener la capacidad de formular modos
de comprobación de sus principios, aquellos que representan una objeción para
con las teorías vigentes, a las que apuntan.
También se alude en ciencias a la capacidad predictiva de una
teoría y a la posibilidad de comprobación de las predicciones. En resumen,
salvo en el caso de las teorías matemáticas (formales), generalmente las
ciencias naturales y aun determinadas ciencias humanas se validan con la realidad.
La validación, en matemáticas no proviene de la realidad, de un
concepto de verdad originado en la realidad, sino del principio de coherencia
interna (formal o lógico).
¿Qué cabe decir, por otra parte, sobre la validación de los
productos del arte? ¿Acaso las referidas medidas para validar el arte
provienen, efectivamente, de la llamada realidad?
Muchos ejemplos artísticos y cientos de opiniones comunes
parecen responder afirmativamente a esta pregunta. La respuesta genérica sería
más o menos así: "una obra de arte es buena cuando se parece a la
realidad..." por lo tanto -siguiendo con un fácil, pero falaz, silogismo-
el valor de esta obra X es alto porque presenta situaciones que reflejan de
modo óptimo la realidad.
Insisto, aun cuando muchas obras de diferentes disciplinas
artísticas parecen cumplir su sentido en la imitación muy cercana a la
realidad... el valor de sus productos, la validación de sus obras se encuentran
más cercanos a la validación que funciona en matemáticas. Y no en su alcance ‘imitativo’.
Naturaleza Muerta. ClaudioBravo (artista
nacido en Valparaíso. 1936)
Imagen tomada del sitio: Muestra del Museo Nacional de Bellas
Artes. Santiago de Chile)
Digo esto no porque en arte la cuestión sea un juego lógico de
mera coherencia interna, sino porque la autonomía de las obras respecto de la
realidad referida (tanto como su valor artístico) es independiente de esa misma
realidad. La excelencia no radica en la capacidad figurativa-representativa
demostrada por un artista. La independencia se hace patente, aun cuando ocurra
un acercamiento desde una mímesis inmejorable.
Franz Kline: New York, N.Y., 1953
Óleo sobre lienzo. 79 x 51" (200.6 x 129.5 cm)
Albright-Knox Art Gallery, Búfalo
(http://www.campusred.net)
Lo valioso del arte está en su posibilidad de construir una
versión de la realidad como síntesis, símbolo, trátese de la representación
figurativa o de la representación abstracta. El valor del arte se juega en los
pliegues donde se oculta e insinúa a la vez el sentido, antes que en los
significados exhibidos. Significados que, por ejemplo, en el arte de tipo
representativo tienen como característica parecer que se parecen a lo real.
¿Se han alejado, de este modo, los mencionados territorios
puestos en comparación, el arte y la ciencia?
Diré esto como propuesta final para la reflexión: en el arte los
pliegues están principalmente en su lenguaje, en su modo de acercamiento a la
realidad. A la vez, en el dominio de la ciencia los pliegues están en la
realidad misma a la que apunta, cada vez más compleja a juzgar por la riqueza
interpretativa que debe poner en práctica la ciencia actual. El lenguaje
científico es construcción, sí, de un lenguaje interpretativo, pero sobre la
base de una realidad que nunca se entrega de manera transparente. Una realidad
que abre una incógnita a continuación de cada respuesta formulada.
De esta manera, el sentido se oculta e insinúa, a la vez, como
si se tratara del propio sentido del arte, lo cual crea una fértil intersección
entre ambos territorios.